Mirar atrás para entender cómo empezó todo requiere un ejercicio de memoria que desajusta las piezas de los hechos objetivos. Así que nos limitaremos a relatar una pequeña parte de aquello que la memoria ha trazado en el recuerdo. De los hechos objetivos ya se ocuparán los currículums y los académicos.

Permitidnos que hagamos este recorrido por la memoria caminando.  Será un paseo por Valladolid, sin orden, como los recuerdos, un dar tumbos de calle en calle. Poneos calzado cómodo y acercaos a nuestro punto de encuentro inicial: la Plaza Mayor.

Iniciamos el recorrido de Visitants en 1989 de la mano de cuatro artistas que sincronizamos los latidos y una modesta aportación económica para poner en marcha una compañía de teatro. Nunca tuvimos sede en propiedad.
Durante los primeros años nos instalamos en espacios cedidos por los ayuntamientos de Almassora y Vila-real. Gracias, sin ese apoyo puede que aquel sueño no hubiese prosperado.

Descendemos de inmigrantes, de jornaleros y clase obrera, nadie esperaba que nos dedicáramos al teatro. Además somos “de provincias”, allí hemos crecido y en los años ochenta, en nuestra comunidad, estaba casi todo por hacer. No había teatros, excepto en las ciudades o  alguna población que había mantenido el hábito sanador de reunirse para ver y escuchar a los oficiantes de la farándula. Aun así, la gente y los artistas necesitaban la cultura y ansiaban salir a la calle. Y eso hicimos.

Durante casi una década, la primera, compaginamos teatro de calle y de sala, texto y teatro visual, espectáculos de pirotecnia y musicales, fiestas populares y campañas escolares. Fue un arranque trepidante entre experiencias, funciones por todo el estado y aprendizaje constante que nos proporcionó una gran versatilidad y que fue posible, en gran parte, por la estabilidad del equipo que configuraba el núcleo creativo de la compañía: intérpretes, plástica escénica, gestión, músicos, etc. Todas latiendo juntas.

De esta época son Hugosntein, Fam de Foc, La Familia Vamp o Extraños en la noche, entre otras. Las dos últimas pasaron por los carnavales de Valladolid y la sala Ambigú respectivamente.

Permitidnos que saltemos ahora de la Plaza Mayor a los alrededores de la Catedral de la Asunción y nos sentemos en algunos de los bancos que miran sus muros.

A partir de 1997 se produce un cambio en la dirección artística de la compañía, que hasta ese momento había sido asumida, principalmente, por Joan Raga con Maite Gil y Tomás Ibáñez como socios de la compañía e implicados en las creaciones.  Cuando Raga y Carme Canós dejan la compañía para iniciar su propio proyecto como Scura Splats, es Ibáñez quien asume este perfil, mientras que Gil se encarga, principalmente de la distribución, como venía haciendo desde los inicios, sin abandonar la colaboración creativa.

Es a partir de ahora cuando una parte de la inquietud de exploración escénica de Ibáñez, desarrollada en paralelo con el grupo de entrenamiento y laboratorio para intérpretes La Nefaria, comienza a ocupar mayor espacio en las creaciones de la compañía. No obstante, la inercia del día a día de la compañía y de viabilidad económica exigía seguir haciendo espectáculos de animación, pirotecnia o encargos de gran formato. Sin embargo, a partir de este momento, las nuevas creaciones siempre tendrán un componente de experimentación y exploración artística.

Son años de grandes eventos por encargo como Humanity Experience, Confluencias o Ciudadanos creado para la celebración del veinticinco aniversario del Ayuntamiento democrático de Valladolid, pero también de adaptaciones de clásicos como el Sueño de una noche de Verano (W. Shakespeare) que recorrió varias ciudades de Castilla y León o Tirant y Carmesina (Joan Martorell).

Para calmar la vista de las chispas y la música a todo volumen, nos iremos a pasear ahora por la playa, a orillas del Pisuerga o, si lo preferís, acercarnos a Campo Grande.

Una vez pasado el milenio y a las puertas de la crisis de la burbuja inmobiliaria, Maite Gil deja la compañía y es en este momento en el que Sònia Alejo comienza a tener mayor presencia en las decisiones creativas compartidas, desde entonces y hasta la actualidad, con Ibáñez. Alejo había sido intérprete estable de la compañía desde los inicios de ésta en 1989 y hasta este momento también había asumido tareas de diseño de vestuario, producción logística, conductora del camión y jefa de ruta en las giras. Es en esta etapa en la que la pasión por la escritura y la dramaturgia de Alejo, por un lado, y la de la exploración en nuevas técnicas en artes de calle de Ibáñez, por otro, comienzan a dialogar estrechamente en todas las siguientes creaciones.

A partir de 2010, la crisis empieza a hacer mella muy crudamente sobrelas creaciones de gran formato, pirotecnia y, en general, todos aquellos eventos orientados a las fiestas populares, por tener sus presupuestos mermados, sobre todo en poblaciones donde los ingresos por concesiones urbanísticas habían hecho crecer las arcas municipales considerablemente. En este momento la compañía sobrevive reduciendo su infraestructura, el formato de las creaciones y diversificando la actividad para orientarla también a proyectos de gestión, programación y mediación en Museos. Son años de  dificultades, pero también el momento en el que Alejo e Ibáñez exprimen a fondo todo el potencial y recursos creativos que los años de experiencia y formación paralela continua les había proporcionado. La pieza que mejor define esta época de volver a lo más esencial para proteger el núcleo o la semilla para que vuelva a germinar es Judit y Paul, un regreso al trabajo en zancos para dos intérpretes: Sònia y Tomás.

Es en esta época también cuando la compañía decide dejar a un lado los espectáculos de pirotecnia y de gran formato (al menos de momento) y cuando Alejo comienza a desarrollar proyectos paralelos de teatro textual  con La Medusa. 

De los proyectos de mediación y creación para museos nace Lluvia de palabras o Tempus, pero se crean también piezas de animación como La mar de gay o Marathon en colaboración con otros creadores como Pau Ayet o Isaak Torres en un receso por maternidad de Sònia Alejo. De esta época es también Ruralfoc, la primera pieza de la trilogía de teatro pirotécnico inspirada en los tres cultivos mediterráneos: el trigo, la vid y el olivo.

Volvamos de nuevo al centro paseando por la calle de Santiago sin reparo a desviarnos por cualquiera de las otras vías que la atraviesan.

Esta colaboración estrecha entre Alejo e Ibáñez pone en juego constante la escritura dramática, el teatro visual, las artes vivas y artes de calle y es la que ha propiciado todas las creaciones a partir de 2014.

En las más recientes creaciones hay un cuestionamiento constante de la dramaturgia aplicada a las maneras de narrar en la calle, generando un  diálogo entre la textualidad, la imagen, el movimiento, la danza y la música. Empezamos a abordar los temas aportando más complejidad y riesgo estético en el lenguaje escénico y la forma de narrar. Es posible que todavía podáis alcanzar a ver Maletas de tierra, Olea o Mascletà poética. 

Después de callejear, crucemos de nuevo la Plaza Mayor y vayamos a la Plaza del Val y al mercado. ¡Cuánto ha cambiado en estos años!

Treinta y seis años después de aquellas primeras funciones de Hugonstein o Fam de Foc, las preguntas, la inquietud artística y la necesidad de explorar continúan intactas, pero a ellas se sumaron, hace tiempo, el compromiso por dignificar el oficio de crear en la calle y de documentar nuestro trabajo, de poner en valor el esfuerzo y la creatividad de tantos artistas que nos acompañaron en este camino. Saber que contaminarse con nosotras en la creación les hizo aprender, crecer o tal vez les sirvió como trampolín para impulsarse a otras tareas más ambiciosas, más modestas o simplemente remar en dirección totalmente opuesta. Porque, en definitiva, el mejor legado (si vale la pena dejar alguno), el que dejaremos cuando Visitants desaparezca dentro de muchos o pocos años y el que llevaremos con nosotras, será el recuerdo de cada persona con la que compartimos un tramo de este camino.

Y en esto seguimos: preguntando y aprendiendo, creando en la calle como lugar en el que todo puede ocurrir, transformando el espacio cotidiano de tránsito en un lugar extraordinario, mirando a los ojos a cada persona que nos mira, convirtiendo en espectacular lo más íntimo, haciendo vibrar a una multitud y acompasando el latido entre un tú y un yo.

Para acabar el paseo y si todo sigue su curso, nos podemos citar el día 21 de mayo en el Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo o en cualquier calle o plaza de Valladolid durante el TAC 2025.

UN APARTE: EL IDILIO CON CASTILLA Y LEÓN

Durante los primeros 15-20 años de los que hablábamos al principio de este recorrido por la memoria, se nos brindó una puerta abierta a las muchas fiestas populares de todo el estado y se produjo un extraño fenómeno: un
espectáculo moderno, gamberro y transgresor, de plástica extravagante, colorista, con música que fue evolucionando entre el punk, el techno y el metal death, de alto contenido pirotécnico, se convirtió en un evento tradicional de muchas fiestas populares de Castilla y León y alguna población de La Rioja como Calahorra. Es así como se generó un vínculo de cariño y querencia entre Visitants y estas tierras: visitando sus pueblos en fiestas.

Peñaranda de Bracamonte, Salamanca, Santa Marta de Tormes, Aldeadávila, Puebla de Sanabria, Laguna de Duero, Valladolid, León, Sepúlveda, Alba de Tormes, Ávila, León, Palencia, Zamora, Benavente, Toro, Carrión de los Condes, Arroyo de la Encomienda, Medina del Campo, Sahagún, Villafranca del Bierzo, Íscar y puede que algunos más a los que la memoria no alcanza en este momento. Todos ellos son lugares que hemos visitado a menudo, que amamos profundamente y que nos exigían tal compromiso artístico y esfuerzo logístico, que nos curtieron a la hora de abordar proyectos de todo tipo. Gracias por acogernos durante tantos años.

Es hermoso que te vean, más hermoso es que te miren con cierta fascinación, pero es sobrecogedor que se ponga en valor una trayectoria como ésta porque detrás de cada pequeño éxito o estrepitoso fracaso, hay muchísimo esfuerzo y aprendizaje. Esperamos que el tiempo nos permita seguir compartiendo todo ello. 

Muchas gracias al TAC y a cada persona que lo hace posible.

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