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A partir de 8 años.

Correr por la cresta rasgada de una montaña, con el vacío a ambos lados. La mirada no alcanza a ver más allá de un risco helado y vertiginoso; sigues corriendo y el aliento es lo único que envuelve tus oídos. Esto es Carena, un duelo con uno mismo, un desafío a jugar, a traicionarse, a enloquecer e incluso a dejarse vencer por la misma lanza que te ha hecho bailar.

Una propuesta en la que la nitidez de la emoción de la intérprete irrumpe profundamente en escena, convirtiéndose en la verdadera protagonista. Se abraza a la técnica más refinada del funambulismo y la transforma en un duelo precioso con el elemento técnico de la disciplina: el balancier. Esta “Quijota” lucha contra los “gigantes” de sus desafíos internos.

Es una experiencia artística profunda y conmovedora a través de un viaje visual, emocional y reflexivo.
Carena son las trompas tibetanas que lanzan un sonido milenario sobre el valle. Aúllan como un lobo a la luna, y enternecen la noche o la hacen más tenebrosa. Carena es el último viaje hacia la cumbre, allí en lo más alto, donde los peregrinos dejan perpetuas sus cruces, los sherpas sus banderines de colores en honor a los dioses, donde el oxígeno deja de existir. “Yo aúllo, yo grito y yo canto desde la carena para que el eco del sonido regrese a mí y me golpee de nuevo. Y allí arriba, como las aspas de un molino o la luz del faro, resonará mi voz para dejar mi rastro.”